Ubicada en el pintoresco barrio cerrado de Costa Esmeralda, en Pinamar, esta vivienda se inserta en un entorno de excepcional belleza natural. El diseño de esta residencia se alinea con el enfoque distintivo del estudio, en el que cada proyecto se adapta meticulosamente a las aspiraciones y necesidades de nuestros clientes. El objetivo es siempre ofrecer espacios que no solo respondan funcionalmente, sino que también proporcionen un nivel óptimo de confort y bienestar para sus habitantes.

La vivienda se organiza en dos áreas claramente diferenciadas: la pública y la privada. La zona pública incluye un acceso semicubierto que guía a un hall de entrada, un toilette, y una serie de espacios interconectados: el living, la cocina y el comedor. Adyacente a esta área, un lavadero con despensa y una galería con parrilla y piscina añaden funcionalidad y oportunidades para el disfrute al aire libre. La zona privada, concebida como un refugio de descanso, cuenta con dos dormitorios que comparten un baño y un tercer dormitorio con baño en suite y vestidor.

El diseño se despliega en un solo nivel, caracterizado por la disposición de dos volúmenes principales elevados, conectados por un volumen más bajo. Esta estrategia no solo optimiza el uso del terreno, sino que también responde a la inclinación natural del sitio, siguiendo la línea medianera del terreno para minimizar el impacto visual y maximizar la integración con el entorno.

Cada espacio de la vivienda ha sido meticulosamente diseñado para aprovechar al máximo la luz natural y la ventilación, principios fundamentales en nuestro enfoque arquitectónico. La luz, en su trayecto a lo largo del día, transforma los espacios, creando una atmósfera dinámica que enriquece la experiencia cotidiana de los residentes.

Este proyecto no solo refleja nuestra dedicación a la arquitectura bien modulada y en armonía con la naturaleza, sino que también ilustra nuestro compromiso con la creación de ambientes que potencian la calidad de vida.